Al momento de seleccionar las uvas frescas, es necesario optar por las que se encuentren libres de manchas, estén tersas y no presenten arrugas. Además de obtener vino mediante la fermentación de su mosto o jugo, también se la puede consumir como pasas de uva -es decir, deshidratadas- al ser energéticas y compartir muchas de las propiedades de las uvas frescas: son una rica fuente de vitaminas y potasio. Por todo lo mencionado, se presenta como una excelente opción para los deportistas.
Relevancia nutritiva
Las frescas se componen por 80% de agua y fibra, además de actuar como fuente de hidratos de carbono. Entre sus componentes, están los siguientes: taninos, proteína y fructosa, carotenoides, y diversas vitaminas -A, del complejo B, C, K, D y E-. También contienen potasio, lo que las hace ideales para prevenir hipertensión arterial.
Al mismo tiempo, las uvas poseen calcio y éste es un mineral esencial para el organismo, ya que previene la osteoporosis y los calambres musculares. La lista de propiedades también incluye el aporte de hierro -mineral que evita la anemia y fortalece el sistema inmune- y fósforo -el cual contribuye a aliviar el cansancio-. Además, los flavonoides están en la piel de esta fruta y son los encargados de brindar un poder antioxidante y de ayudar a elevar los niveles de colesterol bueno o HDL.
Su consumo debe ser moderado por dos motivos: en primer lugar, las personas que padecen diabetes deben tener cuidado con la cantidad de uvas que comen debido a que son una fuente de carbohidratos -es decir, azúcares-; en segundo lugar, tienen efecto laxante y su ingesta excesiva puede aligerar el tránsito intestinal.
Teniendo en cuenta lo planteado, es importante conocer las principales razones por las que se debe incluir esta fruta en la dieta semanal:
SUAT te informa sobre este rico alimento y te invita a incorporarlo en la dieta de toda la familia. Si mantienes dudas, puedes consultar con un especialista.
Lic. Magela Mallada
Nutricionista de SUAT