Uno de los factores centrales de estas patologías reside en la percepción que se tiene de sí mismo. Dentro de esta percepción de la imagen corporal influyen los sentimientos o estados de ánimo. En los momentos de tristeza o depresión, la imagen que devuelve el espejo será mucho peor que cuando se está feliz o se ha alcanzado algún objetivo propuesto. Es así que se da paso a la autoestima y los conflictos que genera: cómo se percibe la persona, cómo se valora y si se acepta tal cual es. Para estar satisfechos con la imagen personal es necesario, primero, estarlo con uno mismo como personas. Si se tiene un mal o pobre concepto de uno mismo, se estará más vulnerable a las opiniones y comentarios realizados por otros.
El actual modelo de estética "longilíneo" puede llevar a que personas con baja autoestima piensen que logrando ese tipo de figura conseguirán ser más valoradas, queridas y tenidas en cuenta por los otros. La sociedad marca que para que la mujer tenga "éxito" en la vida debe ser joven -siempre-, atractiva, alta, delgada e inteligente. Por ende, la delgadez se asocia con prestigio, éxito y aceptación social.
A esta enfermedad se la reconoce como multicausal. Quienes la sufren tienen en común un problema de base psicológico -baja autoestima, inseguridad, ansiedad- y se ve acompañado por una preocupación excesiva hacia la comida, el peso y la figura. La anorexia nerviosa no sólo consiste en no comer por miedo a engordar, es no gustarse y no aceptarse como persona. Existe un deseo desmedido de adelgazar acompañado de un intenso miedo a engordar; como consecuencia, se come muy poco o se siguen dietas realmente severas.
Este trastorno se acompaña de una distorsión de la imagen corporal: la persona se ve gorda aunque esté extremadamente delgada y lo que come puede parecerle mucho más de lo que ingiere el resto, aunque en realidad no sea así. Frecuentemente, son personas muy activas y realizan excesivo ejercicio -en estos casos, el único propósito de la actividad física es quemar calorías-. El peso puede llegar a ser bajo o muy bajo y con el paso del tiempo está acompañado por desnutrición grave e inclusive puede llevar a la muerte. El grupo más vulnerable es el de las adolescentes.
En el caso de la bulimia, el trastorno de la conducta se caracteriza por comer grandes cantidades de alimentos en un espacio corto de tiempo -denominado atracones-,seguido casi siempre por mecanismos compensatorios: vómitos o purgas o hiperactividad. Esta conducta genera en la persona intensos sentimientos de culpa. También es común el uso de laxantes, diuréticos y productos adelgazantes. El aspecto de las personas afectadas suele ser saludable: peso normal o incluso existe sobrepeso. Por lo tanto, esta enfermedad puede ser difícil de detectar.
Ortorexia
Se trata de un trastorno de la conducta alimentaria que se ha definido en forma más reciente y es diferente a los anteriores, ya que no existe en la persona preocupación por el peso o la imagen corporal. Se define como la obsesión por comer saludable en tal grado que interfiere negativamente en la vida de la persona que la padece. Por lo general, las personas que padecen esta patología prefieren pasar hambre -incluso por largos períodos de tiempo- y no comer alimentos que según su parecer son "impuros" -es decir, alimentos con altos contenidos de aditivos, grasas, entre otros-. De esta manera, pueden dejar de ir a restaurantes e incluso a casa de familiares y amigos por el simple temor de los alimentos que puedan llegar a ingerir. Las personas con ortorexia se imponen fuertes restricciones de alimentos que pueden, al igual que en los otros trastornos de la conducta alimentaria, determinar repercusiones sobre su salud como son las carencias de vitaminas y calcio -osteoporosis-.
Las señales para detectar si una persona tiene un trastorno alimenticio
En la anorexia se ve una preocupación persistente por la silueta, la comida y el peso; hay una alteración de la percepción de estos tres. Está acompañado por una dieta muy restrictiva y cada vez más escasa. Hay negación de la enfermedad, ánimo triste, interpretación rígida de la realidad, aislamiento social, hiperactividad, ejercicio físico exagerado y extemporáneo, perfeccionismo y autocontrol excesivo. El índice de masa corporal está por debajo de 19 y aparecen signos de desnutrición.
En la bulimia , por lo general los episodios de atracones y las conductas compensatorias se producen fuera de la vista de otras personas. Por lo tanto, este tipo de trastorno puede ser menos evidente. A nivel del dorso de la mano es visible la marca de la dentadura que se produce por la provocación del vómito. Suele tratarse de personas ansiosas, impulsivas y con tendencia a adoptar conductas adictivas.
El tratamiento de ambas afecciones es difícil y requieren la asistencia de un equipo multidisciplinario integrado por endocrinos-nutricionistas, ginecólogos, psiquiatras y psicólogos.
En la ortorexia, la persona dedica más de tres horas al día a pensar en su dieta sana. Preocupación mayor por la calidad de los alimentos que del placer de consumirlos, disminución de la calidad de vida y aumenta la pseudocalidad de su alimentación. Además, presentan sentimientos de culpa cuando no cumplen con sus convicciones dietéticas. Hay una planificación excesiva de lo que comerá al día siguiente y aislamiento social provocado por su tipo de alimentación.
Cabe tener en cuenta cada detalle que pueda delatar a estos trastornos. Las consecuencias de padecer cualquiera de estos tres pueden ser tan graves como la propia muerte. SUAT brinda una mano para impedir que los trastornos de conducta alimentaria se continúen propagando.
Dra. María Dutra
Médica de SUAT
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