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12.02.2025

Consejos médicos

Deshidratación en el adulto mayor – Parte 2

Maifestaciones clínicas y diagnóstico

De acuerdo con la Primary Options for Acute Care (POAC), el paciente adulto podrá mostrar diferentes cuadros clínico de acuerdo con el estado de deshidratación.

Los síntomas y signos de deshidratación generalmente tienen poca sensibilidad y especificidad; sin embargo, nos orientan a establecer el diagnóstico clínico de deshidratación.

El paciente anciano es más susceptible a la deshidratación, la precepción de la sed con frecuencia esta disminuida aun en ancianos sanos y los signos clásicos como mucosas secas y disminución de la turgencia de la piel pierden utilidad en este grupo etario. Sin embargo, la confusión puede aparecer de forma precoz y ser incluso la única manifestación de deshidratación en el paciente anciano.

Las pruebas de laboratorio pueden no ser necesarias en el primer contacto, se recomienda considerar en forma individualizada de acuerdo con la situación clínica y la fragilidad del adulto mayor. Si es necesario, las pruebas simples que son fáciles de realizar incluyen:

  • Glicemia, función renal
  • Hemograma.
  • Ionograma.
  • Cultivo de materias fecales
  • Examen completo de orina.

Tratamiento

Primero se deben evaluar los signos y síntomas, los resultados de los estudios de laboratorio (si son requeridos), para poder iniciar el tratamiento de rehidratación.

Para el mantenimiento de reemplazo de pérdidas de agua y electrolitos existen las soluciones de rehidratación oral (SRO), indicadas en la prevención y tratamiento de la deshidratación aguda. Son empleadas en la deshidratación leve y moderada, para cualquier edad; además, son preferibles sobre las soluciones caseras que tienen un mayor número de errores en su composición y dilución.

De esta manera, la terapia de rehidratación oral (TRO) es la administración de soluciones apropiadas por vía oral para evitar o corregir la deshidratación, la cual consiste en:

  • Rehidratación: se administra agua y electrólitos para reponer las pérdidas.
  • Terapia líquida de mantenimiento para compensar las pérdidas que persisten luego de alcanzada la rehidratación (acompañada de una nutrición apropiada).

La OMS y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), recomiendan la nueva SRO, la cual tiene una menor osmolaridad, menores concentraciones de sodio y glucosa; lo que provoca menos vómitos, reduce las deposiciones y las probabilidades de presentar hipernatremia y disminuye la necesidad de infundir soluciones intravenosas, comparado con la SRO estándar.

La Guía Práctica de la Organización Mundial de Gastroenterología recomienda una receta de líquidos orales caseros, preparando 1 L de líquidos orales utilizando sal, azúcar y agua en el hogar.

Los ingredientes para mezclar son:

  • 1 cucharada de sal.
  • 8 cucharadas de azúcar.
  • 1 litro de agua potable limpia, o agua que haya sido hervida.

Cuando la deshidratación es severa o no se corrige por medio de SRO, es necesario reemplazar las pérdidas de líquido por fluidoterapia (sueros) intravenosa, la cual tiene como objetivo preservar el equilibrio de agua y electrolitos. Por lo tanto, dependiendo de los efectos que tienen los líquidos en la célula se podrá saber qué tipo de soluciones utilizar.

Conclusiones

El estado de hidratación en los adultos mayores es vulnerable, la deshidratación es de alta prevalencia tanto en el paciente ambulatorio como en el internado y puede influir en la morbimortalidad. Pueden ser la causa de síndromes geriátricos tales como confusión, caídas y dependencia física.

El diagnóstico de la deshidratación es clínico y se basa en manifestaciones clínicas y exploración física; sin embargo, en un grado severo de deshidratación o en pacientes con comorbilidades o patologías agregadas, es necesario recurrir a exámenes paraclínicos.

El organismo está compuesto por aproximadamente el 60 a 70% de agua en los adultos, y se distribuyen en 2 grandes compartimientos: el líquido intracelular y el líquido extracelular, este a su vez está compuesto por el compartimiento vascular y el intersticial. Los líquidos del organismo están formados por 3 tipos de elementos: agua, electrólitos y otras sustancias; y en todos los procesos fisiológicos y vitales se mantiene un equilibrio constante. Para ello, nuestro organismo ha desarrollado mecanismos de control y de regulación que mantienen el equilibrio entre compartimientos, conservando la homeostasis.

No obstante, cuando existe una pérdida de agua y electrólitos se generan alteraciones en los volúmenes o en la composición de los espacios hídricos corporales, se ponen en marcha mecanismos de regulación que corrigen estos trastornos. Sin embargo, si hay una mayor pérdida de líquido y solutos se genera un estado clínico que conocemos como deshidratación.

El tratamiento básicamente consiste en restituir la pérdida de líquidos a través de SRO, y en las deshidrataciones moderada y grave deberemos restituir rápidamente la volemia con suero por vía intravenosa, para impedir o tratar la situación de shock, reponer el déficit de agua y de electrólitos teniendo en cuenta las pérdidas continuadas que puedan seguir produciéndose, y aportar las necesidades diarias de agua y electrólitos hasta que se pueda volver a la administración de líquidos por vía oral.

Medidas preventivas

Dadas las características mencionadas (disminución de la sed, menor contenido corporal de agua) es importante ofrecerle al adulto mayor líquidos en forma seriada. Las altas temperaturas ambientales favorecen no solo la deshidratación, sino que algo que conocemos como “golpe de calor “el cual puede tener consecuencias muy negativas.

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