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13.10.2010


Salud General, Salud general

Las arritmias

Se constituyen como los trastornos del ritmo cardíaco y, en su conjunto, son situaciones muy frecuentes en la población adulta. Existe una amplia variedad que va desde situaciones banales a problemas graves con elevada mortalidad. Cuando se identifica un trastorno del ritmo cardíaco resulta fundamental definir si existe una afección subyacente. Es decir, se puede padecer arritmia sin tener una enfermedad en el corazón.

Las palpitaciones -como suelen describir los que sufren este trastorno- se presentan como el síntoma más frecuente; se trata de la sensación de latidos cardíacos rápidos o ausencia de latidos; los propios pacientes o sus acompañantes pueden constatar un pulso rápido o irregular. Asimismo, otros de los síntomas que aparecen son los mareos, convulsiones y síncope. En determinados casos, también surgen los síntomas característicos de la enfermedad cardíaca que provoca las arritmias; a su vez, éstas pueden desarrollarse por una afección no cardíaca que repercute indirectamente en el corazón o, incluso, cuando hay ausencia de enfermedades.

El diagnóstico se realiza mediante electrocardiograma. Si este estudio se lleva a cabo en el momento en que se produce la arritmia, entonces ya se tiene la mitad del problema resuelto. El paso siguiente es definir la enfermedad que la provoca para determinar el tratamiento más adecuado. Cuando no se logra identificar la arritmia hay que recurrir a otras herramientas diagnósticas -como es el registro Holter-.

Por otra parte, el tratamiento depende del tipo de arritmia y lo que se desea atacar:

  • Tratamiento del evento arrítmico.
  • El que se necesita para evitar las recurrencias.
  • En los casos en los que se identifica la enfermedad de fondo, el tratamiento específico para combatir esa afección.
  • La mayoría de las arritmias se controlan con fármacos. En situaciones particulares se requiere marcapasos, cardiodesfibriladores implantables o cateterismo cardíaco.

    Hay que tener presente que existen posibles complicaciones y son varias; por ejemplo, en el caso en el cual se padece arritmia rápida y mantenida ésta puede llevar a la instalación de insuficiencia cardíaca

    Existen dos niveles para estas enfermedades:

    Prevención primaria: son todas aquellas acciones destinadas a evitar el desarrollo de la enfermedad y, fundamentalmente, la corrección de factores de riesgo que conducen a una determinada enfermedad del corazón.

    Prevención secundaria: son los tratamientos realizados en las personas que ya presentaron una arritmia. Están destinados a evitar recurrencias o complicaciones graves, incluida la muerte.

    SUAT fomenta el cuidado de tu salud para lograr mayor bienestar y una mejor calidad de vida. Recuerda que siempre es preferible prevenir. Ante cualquier duda, consulta con el médico.

    Dr. Oscar Bazzino

    Cardiólogo de SUAT

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