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19.10.2010


Salud General, Salud general

Síncope

El síncope es conocido como la pérdida repentina del conocimiento, de breve duración y con recuperación completa. Estudios realizados en Méjico han demostrado que el 20% de los adultos jóvenes han padecido un episodio y, actualmente, constituye el 3% de las consultas a una sala de urgencias. Esta realidad es muy similar a la que se vive en Uruguay. Hay que tener presente que para realizar el diagnóstico es de gran importancia diferenciarlo de las convulsiones y las crisis psiquiátricas.

Esta afección se produce por una disminución brusca y reversible del flujo sanguíneo cerebral. La mayoría de las veces obedece a causas benignas que consisten en la activación de un reflejo vasodilatador que produce el descenso repentino de la presión arterial; éste es conocido como síncope vasovagal.

Por otro lado, está el síncope cardíaco que ocurre en el contexto de una enfermedad del corazón; principalmente, el infarto de miocardio que predispone al padecimiento de arritmias graves. Éstas pueden generar una pérdida breve y transitoria del conocimiento -síncope- o, incluso, provocar la muerte súbita -paro cardíaco-. Los individuos que presentan síncope en el escenario de enfermedades cardíacas presentan un aumento en la mortalidad -entre el 20 y 30% al año- mientras que los que padecen un síncope vasovagal -benigno- poseen una mortalidad baja al igual que la de la población general.

El diagnóstico es clínico y se emplean herramientas paraclínicas; la de mayor rendimiento es el electrocardiograma. El principal desafío para el médico que atiende a un individuo que padeció un síncope es definir con certeza si se trata de un síncope benigno o cardíaco.

La principal medida de tratamiento del síncope vasovagal es tranquilizar a quien lo padece explicándole que es una condición benigna. En segundo lugar, cabe explicarle cuáles son los factores que ayudan a su aparición: el dolor intenso, la estancia prolongada en posición de pie en sitios cerrados y calurosos, situaciones de estrés, la visión de sangre, entre otros. De esta manera, si se conocen los factores precipitantes se podrán evitar nuevos episodios sincopales vasovagales. También es fundamental informar que no existen tratamientos farmacológicos efectivos para este tipo de síncope.

En el otro extremo, el síncope cardíaco requiere un correcto diagnóstico de la enfermedad cardíaca subyacente y además un adecuado tratamiento. Para los casos en que la causa es una arritmia lenta puede requerirse del implante de un marcapasos. Y, por otro lado, la identificación de arritmias rápidas graves puede requerir del implante de un cardiodesfibrilador automático.

Hay que estar atento ante la aparición de estos episodios para obtener un diagnóstico y tratamiento apropiado. SUAT te recuerda la importancia de recurrir al médico y evacuar todo tipo de dudas.

Dr. Oscar Bazzino

Cardiólogo de SUAT

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