Según informa la OPS/OMS en su sitio oficial, este virus fue aislado por primera vez en 1947 en el bosque de Zika, en Uganda (África). Desde ese momento, se ha encontrado principalmente en África y también ha generado brotes pequeños y esporádicos en Asia. En el año 2007, una gran epidemia fue descrita en la Isla de Yap (Micronesia), en el que alrededor del 75% de la población resultó infectada. Posteriormente, el 3 de marzo de 2014, Chile notificó a la OPS/OMS la confirmación de un caso de transmisión autóctona en la isla de Pascua. En mayo de 2015, las autoridades de Salud Pública de Brasil confirmaron su presencia en el nordeste del país; y desde octubre de 2015 hasta la fecha, otros países y territorios de las Américas también lo han detectado.
El zika se transmite a las personas por la picadura de mosquitos del género Aedes infectados; es decir, se trata del mismo mosquito del dengue y la chikungunya.
Los síntomas más comunes del zika son fiebre leve y exantema -erupción en la piel o sarpullido- y suele acompañarse por conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre dos y siete días después de la picadura. Una de cada cuatro personas infectadas desarrolla los síntomas de la enfermedad.
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