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25.06.2013

Consejos médicos

Sociología del envejecimiento

La Geriatría y la Gerontología abordan el estudio del proceso de envejecimiento desde un enfoque multidisciplinario; además de factores biológicos, deben considerar las circunstancias personales en las que se ha desarrollado el individuo, el entorno ético y social al que pertenece y a la época histórica.

Es distinto haber vivido la etapa de desarrollo personal a principios del siglo XX que si tuviera lugar después de la década de 1950; en estos casos, la diferencia de la expectativa de vida media es de más de 25 años. De lo planteado anteriormente, se desprende que los factores sociales tienen un efecto limitante sobre el potencial genético individual en cuanto a la longevidad; además, sugiere que las circunstancias sociales constituyen una base para planificar las reformas necesarias con la finalidad de mejorar las condiciones en las que se desarrolla el potencial genético de toda una colectividad.

Cabe destacar que los cambios que se introducen en la políticas sociales para mejorar la calidad y cantidad -de años- de vida no son dictadas por el avance de los conocimientos científicos sino por decisiones políticas que reflejan el pensamiento y las necesidades concebidas por la sociedad en las que se producen.

Los uruguayos no planifican su vejez porque no han sido educados con la idea de que tienen que ser responsables e independientes en el último cuarto de su vida. Pero tampoco parece que las instituciones socio-sanitarias se estén preparando para cubrir las necesidades de una población que envejece; en la actualidad, este sector representa el 17% y está previsto que alcance el 25% en el año 2025.

La realidad del adulto mayor

En todo caso, y teniendo presente la doctrina que surge de las Naciones Unidas, para lograr un envejecimiento activo es primordial considerar tres pilares: salud -en este grupo etario significa la ausencia de dependencia-, seguridad -entendida en términos económicos y sociales- y participación -la integración en la vida comunitaria-.

Los principales problemas de los adultos mayores son los económicos, sanitarios y, además, la soledad. A esto se agrega que la proporción de población que permanece activa disminuye con la edad, lo cual se acentúa en las mujeres.

En relación a lo monetario, los ingresos de estas personas surgen de la jubilación y las pensiones. Por lo tanto, ser mayor de 65 años supone un riesgo de pobreza más alto y esta realidad se profundiza si se trata de mujeres y personas que viven solas.

Uno de los inconvenientes trascendentales que se enfrenta durante la vejez es la soledad o el asilamiento social. En este sentido, la pérdida de las personas queridas y el hecho de vivir solos se expresan en sentimientos de soledad difícilmente modificables. La asociación entre el progresivo envejecimiento de la sociedad y los cambios socio-culturales en los modelos familiares, sumado a la incorporación de la mujer en el mundo laboral, ha determinado la independencia familiar; al mismo tiempo, acarrea la soledad de las personas mayores y, sobre todo, cuando el cónyuge fallece. La vida en solitario aumenta con la edad y afecta más a las mujeres -por su alta longevidad-, resultando en lo que se conoce como feminización del envejecimiento. Ante todo lo expuesto sobre esta situación social, es esencial tener en cuenta que las complicaciones sanitarias aparecen revestidas por la problemática del ámbito social.

Problemas sociales

Existen dificultades de gran relevancia que están vinculadas con la enfermedad del adulto mayor, o su tratamiento, y son las que aparecen a continuación:

  • Problemas derivados del aislamiento.
  • Dificultades resultantes de las condiciones de la vivienda.
  • Problemas que conllevan los escasos recursos económicos.
  • Una serie de problemáticas originada por el deterioro cognitivo y esto exige la presencia de un cuidador idóneo.
  • Por consiguiente, es elemental fomentar la relación del adulto mayor con la organización comunitaria, tanto a nivel del núcleo primario -familia- como del secundario -organizaciones sociales-.

    La imagen de la edad avanzada en la sociedad se caracteriza por afirmaciones relativas al aislamiento, soledad, dependencia y necesidad de ayuda. Conscientes de esta situación, varios adultos mayores elaboran estrategias para satisfacer sus necesidades con otros miembros de su mismo grupo etario al crear clubes, grupos de jubilados y programas de recreación y ocio.

    A pesar de la existencia de los recursos formales, tanto desde las organizaciones públicas como privadas, el aporte informal continúa siendo el más importante en la protección social del anciano y es proporcionado primordialmente por la familia -dentro de este núcleo, las mujeres asumen la mayor carga asistencial-.

    SUAT te informa sobre la realidad actual en la que se ve sumergido el adulto mayor. Si precisas evacuar dudas, consulta con tu médico de cabecera o un especialista que te podrán guiar en relación a esta temática con el objetivo de proporcionarles una mayor calidad de vida a las personas del grupo etario ya referido.

    Dr. Oscar López

    Médico de SUAT

    Palabras clave: envejecimiento, tercera edad, soledad
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