Desde la década del 80, el desarrollo de los video-juegos ha sido explosivo. Comenzando con las viejas consolas que se conectaban a la TV, con gráficos muy pobres y de un funcionamiento sumamente rudimentario, pasamos en 3 décadas a lo que usan nuestros hijos hoy: aparatos muy complejos, con gran riqueza de imágenes (casi reales, tridimensionales), portátiles (y cada vez más pequeños), de precios cada vez más accesibles y de contenidos muy diversos.
La dinámica del cambio es tremenda: la publicidad, el descenso comparativo de los costos y la obsolescencia programada de los sistemas impulsan un consumo irrefrenable. Nuestros hijos son objeto de un bombardeo publicitario sistemático, a toda hora y en todo su entorno vital (empezando por la TV). Los precios han ido bajando y se han introducido variedad de marcas y modelos, que los hacen más accesibles. Cada vez con más frecuencia (ya menos de 1 año) el juego que compramos cae en desuso, por salir uno nuevo o porque nuestros hijos ya lo "dieron vuelta" y se aburren de lo mismo...
En nuestro país no disponemos de cifras actualizadas, por lo que a modo ilustrativo les cito algunas de los EEUU: allí, el 85% de los niños tiene uno o más video-juegos. El 50% de ellos lo tienen en su dormitorio y el 55% usan juegos portátiles. En México, se venden más de 3 millones de juegos nuevos por mes (se cree que es el país latinoamericano que más los consume).
Es fácil de comprender que se trata de una industria floreciente, que mueve miles de millones de dólares en todo el mundo y que se encuentra en permanente expansión. No olvidemos que la adquisición de un video-juego convierte al niño (sus padres) en un cliente "cautivo", ya que a continuación viene la compra de nuevos juegos para usar en el mismo aparato. La ganancia fundamental está en la venta de juegos para un mismo aparato y no en la compra de éste.
¿Por qué los video-juegos son tan atractivos?
Múltiples razones:
Al igual que pasa con la televisión, los video-juegos tienen aspectos negativos y positivos, que señalaremos brevemente.
Aspectos negativos
Son comparables a los que señaláramos para la televisión:
¿Qué señales de alarma podemos identificar?
Pueden ser muy sutiles y casi imperceptibles, pero señalaremos las más comunes y notorias:
Afortunadamente, no todo es negativo: se desarrollan cada vez más video-juegos con un importante contenido didáctico. En muchos países se llevan adelante programas educativos que integran los video-juegos desde el nivel preescolar. Algunos juegos recientes incluyen actividad física, muchas veces importante. Mientras estos juegos no alcancen un nivel de popularidad comparable a los "malos", se recomienda a los padres adoptar medidas comparables a las recomendadas para la TV:
Como decíamos al inicio: no pretendemos agotar este tema. Solamente repasamos algunos conceptos que pueden ser de utilidad. Su Pediatra y los Médicos de SUAT estamos a la orden para evacuar dudas en relación a este y otros temas de preocupación.
Dr. Rafael Decuadro
Pediatra de SUAT