La forma más simple de consumirlo, y con la que se aprovechan mejor sus propiedades, es cuando está crudo -ya sea en dip, paté vegetal o distintas ensaladas-. Asimismo, se lo puede incluir en sopas y purés, por ejemplo.
Dentro de sus propiedades, se destacan las vitaminas A, B1, B2, B6, B9, C y E. Asimismo, es una fuente de importantes minerales: potasio, sodio, calcio, zinc, magnesio, hierro, azufre, fósforo, cobre y silicio. Y otro de sus componentes que sobresalen es la fibra.
Como resultado, el apio posee acción antioxidante, cardioprotectora, antibacteriana, diurética, antiinflamatoria, depurativa y digestiva. La lista de beneficios incluye los siguientes puntos:
- Genera inhibición en el desarrollo de células cancerígenas.
- Contribuye al buen funcionamiento de los sistemas nervioso y muscular.
- Es uno de los diuréticos más potentes, estimulando la eliminación de líquidos acumulados en el organismo.
- Favorece la disminución de los niveles de glucemia en sangre.
- Aumenta las defensas naturales.
- Ayuda a reducir la tensión arterial en casos de hipertensión.
- Mejora los valores de ácido úrico alto o hiperuricemia.
- Contribuye a prevenir el estreñimiento.
- Ayuda a reducir el colesterol en sangre.
- Combate los daños de los radicales libres y retrasa el envejecimiento del organismo.
Lic. Magela Mallada
Nutricionista de SUAT
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