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13.01.2015

Consejos médicos

Prevención y protección para el verano

Los espacios para disfrutar las actividades al aire libre proliferan mientras el verano se convierte en la estación ideal para disfrutar el sol. Sin embargo, hay que tener presente que existen riesgos para la salud en estos espacios y con estos tipos de actividades. De esta manera, SUAT te acerca una serie de recomendaciones de tal forma que puedas disfrutar con responsabilidad.

Efectos del sol y el calor

Las medidas preventivas son la mejor herramienta para evitar el golpe de calor, el agotamiento y otros trastornos de similar índole. Por lo tanto, es importante tomar líquidos en abundancia para enfriar y reponer los líquidos corporales que se pierden por el calor y no ingerir bebidas alcohólicas, con cafeína o que contienen grandes cantidades de azúcar.

Por otra parte, hay que protegerse mediante sombrillas, camisas, sombreros de ala ancha, pantalones largos y gafas. Nunca hay que pensar que por estar debajo de una sombrilla se está protegido del sol ni tampoco cuando se está nadando en el agua. Cabe tener en cuenta que el agua, el hormigón y la arena reflejan el 85% de los rayos ultravioletas (UV). También es un error creer que durante los días nublados se recibe menor intensidad de UV; el 80% de estos rayos penetran las nubes. Una prenda de algodón blanca tiene un factor de protección solar (FPS) de 12 mientras que un tejido teñido de negro posee un FPS de 32. Esto demuestra el carácter erróneo de la creencia popular que afirma que los tejidos blancos son más fotoprotectores que los oscuros. Actualmente, se recomienda proteger los ojos con gafas que bloqueen el 99% de los UV-A y UV-B para evitar la aparición de cataratas. También deberás usar protector solar cuando te expongas al aire libre. En los niños menores de seis meses se deberá evitar la exposición solar directa y el uso de fotoprotectores. En los que son mayores de seis meses será necesario aplicar todas las medidas preventivas.

Las estrategias de fotoprotección de acuerdo con las guías nacionales e internacionales incluyen lo siguiente:

  • Evitar la exposición solar especialmente entre las 11 y las 16 horas.
  • Uso de fotoprotectores; aunque la piel esté bronceada, deberá protegerse del sol porque puede quemarse.
  • Los fotoprotectores deberán tener un FPS mayor o igual a 25, de amplio espectro (deben cubrir la radiación UV-A y UV-B), con texturas de buena cosmeticidad y resistentes al agua y al frotamiento.
  • La protección necesitará ser aplicada entre 15 y 30 minutos antes de la exposición solar para mejorar la permanencia en la piel, reaplicar en zonas fotoexpuestas 15 a 30 minutos después de comenzada la exposición solar y posteriormente cada dos horas y/o al bañarse, frotarse con la toalla o sudar excesivamente. Antes de usar un fotoprotector conviene agitarlo bien para mezclar las partículas y aplicar suficiente producto en todas las zonas expuestas al sol (incluidos los pabellones auriculares, hombros y cara posterior de rodillas y piernas). Hay que tener cuidado con la aplicación cerca de los ojos, ya que puede provocar escozor.
  • Cuidados generales

    El sol no es el único factor a tener en cuenta a la hora de prevenir posibles complicaciones cuando se está de vacaciones o, simplemente, disfrutando el verano. Por esa razón, deberás prestar atención a otras variables descriptas a continuación:

  • Si sales, programa tus actividades para la mañana o noche cuando está más fresco.
  • Cuida la alimentación eligiendo comidas ligeras y balanceadas: verduras, frutas, pescado y ensaladas.
  • Por día necesitarás ingerir entre un litro y medio y dos de agua u otros líquidos como zumos, además de consumir mucha fruta. Así evitarás la deshidratación.
  • Consulta al médico si tienes enfermedades cardíacas, tomas pastillas diuréticas o medicinas para la depresión, insomnio o circulación.
  • Los niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas enfermas son más susceptibles a los efectos del sol y el calor.
  • Los ancianos tienen menos sensación de sed y por eso corren un mayor riesgo de deshidratación. Conviene tener una temperatura adecuada en el hogar; por esta razón, los mayores tienen que cerrar las persianas en las horas de mucho sol. Para garantizar una ventilación correcta, se deberá abrir las ventanas a primera hora de la mañana y al anochecer para que haya aire fresco. En esta época hay que estar más pendiente con los mayores que viven solos.
  • En nuestra próxima actualización podrás ver una nueva serie de consejos útiles.

    Dr. Oscar López

    Médico de SUAT

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