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19.10.2010

Consejos médicos

"Púrpuras" en la Infancia

La palabra "púrpura", como sinónimo de enfermedad grave, preocupa a los padres desde hace años y coincide con la difusión mediática de casos de niños afectados por un tipo en particular. Se denomina síndrome purpúrico o púrpura a una erupción cutánea -a veces también mucosa: en boca y conjuntivas- que consta de pequeñas manchas de menos de 2 mm -llamadas petequias- o algo mayores -equimosis- de color rojo o rojo vinoso y que no se borran al hacer presión sobre ellas. La distribución y número de las manchas es variable y depende de la causa. La aparición de esta erupción se debe al derrame de distintas cantidades de sangre debajo de la piel. Este fenómeno puede darse por un defecto en la coagulación, por una infección -que afecta los pequeños vasos de la piel provocando micro rupturas- o una reacción alérgica, entre otros motivos. En algunos casos esta erupción corresponde a una enfermedad grave pero también existen púrpuras que no poseen consecuencias de esa magnitud.

Tipos de púrpura

A continuación se ejemplificará con tres tipos distintos de púrpura. El espectro de enfermedades que se presentan con un púrpura como síntoma principal es amplio pero los siguientes cuadros clínicos son lo suficientemente claros con fines de divulgación. Una consulta relativamente frecuente se debe a la aparición de petequias en la cara y, a veces, parte superior del tórax y ambos miembros superiores. Suele darse en niños que han tosido mucho y/o han presentado vómitos con gran esfuerzo. Se trata de un Púrpura localizado provocado por ruptura de vasos microscópicos de la piel debido al esfuerzo de tos o vómito; es totalmente inofensivo y no amerita estudios ni tratamiento más allá de los correspondientes a la enfermedad de fondo.

Otro tipo de púrpura es el llamado Púrpura Trombocitopénico Inmune o Infeccioso (PTI). En este caso, el niño afectado destruye aceleradamente las plaquetas -células de la sangre que se encargan de la coagulación- y no da tiempo para que la médula ósea -lugar de producción de las células de la sangre- las fabrique en cantidades suficientes. Como consecuencia, aparece un púrpura más extenso que en la situación comentada anteriormente y, hasta en ciertas ocasiones, existen pequeños sangrados en encías, intestinos y orina. La enfermedad evoluciona en horas o días, el aspecto general del niño es bueno y, habitualmente, no hay otros síntomas más que la erupción.

La causa exacta del tipo PTI se desconoce pero puede ser provocado por virus o trastornos en las defensas del organismo que atacan a sus propias plaquetas como si fuesen extrañas. Es una enfermedad relativamente frecuente y sobre todo en menores de cinco años. Cabe agregar que presenta una buena evolución con el tratamiento correspondiente.

El Púrpura fulminante es una enfermedad hiperaguda, muy grave, de causa infecciosa y, por suerte, con una frecuencia que va en descenso.

La causa más común en Uruguay sigue siendo una bacteria llamada meningococo. Es una de las bacterias que provoca meningitis, entre otras enfermedades. Existen distintos tipos de meningococo -llamados A, B, C, etc.-. El que provocó los últimos brotes de púrpura fue el tipo B. Un niño que se contagia con esta bacteria puede desarrollar una infección generalizada -septicemia o sepsis- que se manifiesta por un púrpura extenso, rápidamente evolutivo -minutos o pocas horas-, con equimosis y petequias. El púrpura va de la mano de una insuficiencia circulatoria hiperaguda, llamada "shock", que define la gravedad del cuadro. A diferencia de las otras enfermedades descritas, el niño se ve realmente mal, con fiebre muy alta y con la erupción característica que avanza de manera acelerada. Puede ser tratada pero la mortalidad es muy elevada; todo dependerá de si se realiza o no un diagnóstico precoz y un tratamiento agresivo que tendrá lugar en una Unidad de Cuidados Intensivos. En Uruguay hay disponibilidad de vacunas antimeningocócicas; la protección que brindan no es tan alta como otras inoculaciones de uso habitual pero se recomiendan en caso de detectarse un brote de esta enfermedad. Es necesario recalcar que el púrpura fulminante no es sinónimo de meningitis pero sí es habitual que coexistan. En algunos casos, con el peor pronóstico, el púrpura evoluciona tan rápidamente que el meningococo no llega a colonizar las meninges. Las personas que estuvieron en contacto -más de tres horas diarias en los últimos tres días- con un niño enfermo de meningitis meningococica y/o con un púrpura fulminante deben recibir tratamiento profiláctico con un antibiótico especial indicado y provisto por las Autoridades Sanitarias, ya que no es de venta libre.

SUAT te informa sobre esta enfermedad que puede tener consecuencias irreversibles. Por lo tanto, ante cualquier erupción con estas características consulta con el pediatra de confianza o a tu servicio de emergencia si te preocupa el aspecto del niño.

Dr. Rafael Decuadro

Pediatra de SUAT

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