Según informa el Consenso Mundial de Resucitación, por cada minuto que pasa sin que la persona reciba el masaje cardíaco pierde 10 % de chance de sobrevivir y si se espera a la ambulancia sin aplicar maniobras las oportunidades de sobrevida no superan el 7 %. En cambio, si los testigos presenciales inician rápidamente el masaje cardíaco, entonces las posibilidades se duplican y si, además, se utiliza un Desfibrilador Externo Automático (DEA) esa cifra se elevará a más del 50 %.
La muerte súbita o paro cardíaco es, generalmente, de aparición repentina e inesperada, sin síntomas previos; el 80 % sucede en el ámbito extra hospitalario. La principal causa consiste en el infarto agudo de miocardio que provoca una fibrilación ventricular -arritmia que ocasiona que el corazón pierda su capacidad de contraerse en forma organizada- por lo que deja de latir y de bombear sangre hacia todo el organismo.
La supervivencia de las personas que sufren un paro cardíaco depende de que se realice una serie de acciones encadenadas, en el menor tiempo posible, denominadas cadena de supervivencia: reconocer la situación, llamar a la emergencia, iniciar el masaje cardíaco y efectuar una desfibrilación automática -utilizando el DEA- por parte de testigos presenciales, y terminando con la asistencia de una emergencia móvil.
En el entendido de que la ciudadanía tiene que estar preparada para esos momentos, y en el marco del Plan de Responsabilidad Social Empresarial, SUAT aporta instructores para enseñar estas maniobras, además de desarrollar programas de entrenamiento -tanto a la población como a profesionales de la salud, rescatistas y guardavidas-. Se puede concurrir a los cursos sobre Reanimación Cardiopulmonar (RCP) dirigidos a la comunidad, los cuales son gratuitos, inscribiéndose aquí
También te invitamos a ver este video en el que encontrarás información valiosa sobre cómo actuar en estos casos para ayudar a alguien en cualquier momento y en cualquier lugar.