El lavado de manos puede disminuir la incidencia de diarrea en un 50 % y también de infecciones respiratorias entre el 21 y el 45 % -por ejemplo, la neumonía que es la primera causa de muerte de niños menores de cinco años y que mata a 1,8 millones de niños en forma anual-.
Es habitual tocarse la cara, la boca, los ojos y la nariz con las manos. Por lo tanto, es primordial mantener la correcta limpieza con el fin de evitar las siguientes enfermedades:
Fiebre aftosa: es causada por un virus y, por lo general, esta enfermedad se visualiza mediante ampollas en la boca, al igual que en las palmas de las manos y plantas de los pies. El virus se transmite por el consumo de alimentos o bebidas contaminadas con contenido fecal.Hepatitis A: es una infección hepática viral altamente contagiosa que se manifiesta a través de fatiga, coloración amarillenta de la piel, orina oscura, náuseas y vómitos. La transmisión ocurre cuando alguien infectado no se lava bien las manos y se encarga de la manipulación de los alimentos destinados al consumo. Shigelosis: infección bacteriana que se traduce en diarrea, dolor abdominal y fiebre. Es de fácil transmisión entre las personas, al igual que por el consumo de alimentos contaminados que fueron manipulados por individuos infectados que no se lavaron las manos.Salmonela: se trasmite por la ingestión de alimentos contaminados y los síntomas duran entre cuatro y siete días que incluyen fiebre, diarrea intensa con dolor abdominal y cefaleas.Gastroenteritis: la más típica es la afección causada por el rotavirus. Los síntomas son digestivos e implican diarrea, vómitos y fiebre, los cuales pueden ocasionar deshidratación. Influenza: es altamente contagiosa y sucede a través de las secreciones rinofaríngeas -es decir, las pequeñas gotitas de saliva que se expelen con el estornudo y la tos-. Dentro de las medidas generales para disminuir el contagio, se incluye la correcta higiene de las manos. Recomendaciones para una adecuada limpieza
La manera más rápida y sencilla de eliminar estos microbios es lavándose bien las manos y, en especial, en determinados momentos como puede ser luego de ir al baño, después de estornudar o toser y de haber tocado objetos que pudieran estar contaminados -por ejemplo, dinero, pomos de puertas, animales, alimentos crudos, al visitar a una persona enferma, al igual que antes y después de manipular y preparar alimentos-.
La mejor forma de higienizarse las manos es cumpliendo los siguientes tips:
Mojarlas con agua tibia -entre 20 y 37 ºC- con el objetivo de eliminar los microorganismos superficiales. Luego, añadir jabón en las palmas de las manos y frotar con energía, friccionando también el dorso, las muñecas y los espacios interdigitales. Esta operación se debe efectuar durante un tiempo mínimo de entre 15 y 20 segundos. Es conveniente cepillarse uñas y dedos para quitar todos los restos de suciedad que pudieran quedar bajo las uñas. Este proceso debe demandar alrededor de 15 segundos. Meter las manos bajo el chorro de agua de la canilla y asegurarse de que no queden restos de jabón. Si las manos estaban muy sucias, entonces habrá que repetir el procedimiento.Por último, secar bien las manos utilizando toallas de papel desechables para impedir que se vuelvan a contaminar. Por el mismo motivo, se sugiere usar una de esas toallas para cerrar la canilla y abrir la puerta. Si no se dispone de jabón o agua, existen productos desinfectantes para manos que se comercializan en forma de líquido o toallitas y se pueden guardar dentro del bolso o mochila.SUAT te invita a implementar estas medidas con la finalidad de evitar posibles enfermedades.
Dra. María Dutra
Médica de SUAT
