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21.11.2019

Actualidad

Día internacional de la espina bífida

Este 21 de noviembre, se celebra a nivel mundial una jornada en la que la espina bífida es el tema central. En este día se implementan acciones de sensibilización con la finalidad de que la población se informe sobre la referida problemática.

La espina bífida o mielomeningocele es un defecto a nivel del desarrollo de la columna vertebral que se presenta como consecuencia de un fallo en el cierre del tubo neural. Esta alteración en la estructura del sistema nervioso se puede producir a cualquier nivel, desde el cerebro hasta el sacro, y ocurre precozmente en el embarazo -entre la tercera y la cuarta semana de gestación-.

Espina bífida indica la falta de fusión o unión de los arcos posteriores de las vértebras; como consecuencia, resulta la protrusión de la médula espinal al exterior. Las lesiones que se producen son complejas y sus secuelas pueden evolucionar a medida que el niño crece. Este defecto de nacimiento provoca varios grados de parálisis y pérdida de sensibilidad en las extremidades inferiores, así como también diversas complicaciones en las funciones intestinales y urinarias. Además, en muchos casos está acompañada por hidrocefalia; es decir, una acumulación de líquido cefalorraquídeo (LCR) dentro de la cavidad craneana que comprime las estructuras cerebrales. Por lo tanto, el daño que se produce es irreversible y permanente, y el niño requerirá de la atención de múltiples especialistas a lo largo de toda su vida.

De acuerdo a los datos preliminares del Censo 2011, la prevalencia de esta afección es de un caso cada 1375 habitantes y su incidencia es de uno cada 800 nacidos vivos.

Posibles causas

Se desconoce cuál es la causa exacta, pero se estima que se trata de la combinación de factores genéticos y ambientales. Parecería que la ingestión de suplementos de ácido fólico, por parte de la madre, podría ayudar a reducir el riesgo de padecer esta enfermedad. Se piensa que una dieta pobre -entendiéndola como deficiente de vitaminas y minerales- podría influir; por tal motivo, se le recomienda el consumo del complemento de ácido fólico, a toda mujer que desea quedar embarazada. Esta sugerencia se encuentra basada en estudios que muestran que su ingestión, durante el mes previo y en los primeros meses de gestación, puede reducir el riesgo en un 70% de que un feto sufra defectos del tubo neural (NTD, por sus siglas en inglés). Las ecografías que se realizan durante la gestación buscan el diagnóstico precoz de espina bífida, entre otras afecciones.

Medidas necesarias

No existe un tratamiento específico para la espina bífida, pero lo que sí se hace como primera medida es la corrección quirúrgica de la lesión. Si bien no se puede evitar el déficit neurológico, sí se puede disminuir el riesgo de que la médula se encuentre expuesta a traumatismos. En el caso de que la afección esté acompañada por hidrocefalia, habrá que corregirla rápidamente a través de intervención quirúrgica. Además, se tendrán que aplicar acciones de precaución para evitar infecciones del intestino y del aparato urinario.

Con respecto a la rehabilitación motora, el concepto que se debe manejar es el de intentar que el niño con espina bífida obtenga el máximo nivel de desarrollo que permita su defecto neurológico; en tanto, mediante la rehabilitación ortopédica se buscará alcanzar ciertos objetivos de estabilidad y movilidad, de los cuales dependerá el desarrollo mental y social del pequeño.

Dr. Oscar López
Médico de SUAT

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