Las erupciones volcánicas son el resultado del ascenso del magma y de los gases que se encuentran en el depósito interno del volcán. En este sentido, las erupciones están compuestas por una mezcla de magma, gases volcánicos y fragmentos de roca del cerro o montaña que se rompe. Los productos de las erupciones pueden manifestarse como flujos de lava, flujos piroclásticos -gas y lava-, lluvia de cenizas y emisiones de gas, entre otros. De todos los peligros volcánicos, la lluvia de cenizas es la que abarca una mayor superficie y afecta a un mayor número de personas y bienes materiales.
Efectos sobre la salud
Los gases pueden generar cuadros respiratorios especialmente en personas con cuadros alérgicos y antecedentes de cuadros bronco-obstructivos. Se pueden originar las siguientes situaciones:
Además, la lluvia de cenizas produce una niebla que reduce la visibilidad, aumentando el riesgo de accidentes vehiculares.
Medidas de prevención
Cuando hay lluvia de cenizas, se sugiere que las personas permanezcan en el interior de las viviendas o instituciones y, si deben exponerse al aire libre, se promueve la utilización de máscaras protectoras o pañuelos de trama fina o barbijos dobles para retener las partículas respirables. También es importante cuidar que la piel no entre en contacto con las cenizas, utilizando vestimenta adecuada -mangas largas, guantes y botas-.
En la serie de cuidados también se contempla la protección de los ojos: hay que usar anteojos al salir, evitar refregarlos, lavarlos suavemente con agua. Además, es fundamental la hidratación, por lo que se recomienda tomar abundante agua.
Después de permanecer en el exterior, lavarse las manos y las de los niños para impedir que se ingiera ceniza; se recomienda el uso de jabón neutro y la aplicación posterior de una crema humectante.
Al momento de conducir, hacerlo a baja velocidad y con las luces encendidas debido a que la ceniza se levanta y dificulta la visibilidad.
Fuente: Ministerio de Salud de la República Argentina