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26.10.2022

Actualidad

¿Qué es la enfermedad tromboembólica venosa y cómo tratarla en el adulto mayor?

Esta afección implica un espectro de situaciones que incluyen a la trombosis venosa profunda y a la tromboembolia pulmonar. En la actual entrega se dará a conocer sobre los factores de riesgo, las manifestaciones clínicas, el tratamiento y también la prevención.

Cabe señalar que la tromboembolia pulmonar es una de las complicaciones de la trombosis venosa profunda que se produce por una obstrucción de las arterias pulmonares debido a coágulos que migran hacia los pulmones provenientes de la circulación -en particular, del sistema venoso profundo de los miembros inferiores-.

El curso secuencial de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) se inicia en la mayoría de los casos con la progresión de una trombosis venosa profunda a nivel de las pantorrillas hacia la parte proximal de las extremidades y después a los pulmones; hasta el 70 % de los casos de trombosis venosa profunda pueden progresar a tromboembolia pulmonar.

En cuanto a los factores de riesgo, son los que se mencionan a continuación:

  • La estasis o enlentecimiento de la circulación venosa favorecido por la disminución en la movilidad, siendo la inmovilidad el mayor riesgo.
  • Lesión endotelial de los vasos sanguíneos que se asocia fundamentalmente a traumatismos, cirugías o algunos fármacos.
  • Tendencia a la hipercoagulación vinculada principalmente a diferentes tipos de cáncer y terapias de sustitución hormonal.

Es importante tener presente que cuanto más factores de riesgo tenga un individuo, mayor será el riesgo de desarrollar una trombosis.

Manifestaciones clínicas y tratamiento

Son variadas y van desde muy leves hasta severas en función del tamaño del coágulo que llega al pulmón y también de la reserva cardiorrespiratoria del adulto mayor. Por lo general, consiste en un diagnóstico que se debe sospechar sobre todo en este grupo etario cuando la persona se encuentra en reposo y/o al someterse a algún tipo de cirugía.

El tratamiento incluye el uso de anticoagulantes; en este sentido, es importante equilibrar sus beneficios y contraindicaciones. Una vez definido el uso de anticoagulantes, habrá que mantener el tratamiento por lo menos durante seis meses junto a la realización de controles seriados -tanto desde el punto de vista clínico como exámenes de laboratorio-.

Acciones preventivas

La prevención de la trombosis venosa profunda es la medida más efectiva para evitar el tromboembolismo pulmonar, de tal forma que en adultos mayores con riesgo elevado -reposo prolongado, traumatismos de miembros inferiores entre los que se destaca la fractura de cadera por su alta prevalencia- deben recibir anticoagulantes a dosis bajas para impedir este evento.

Ante la imposibilidad de usar anticoagulantes, se cuenta con terapias no farmacológicas como es la utilización de botas aplicadas a los miembros inferiores que a través de un sistema de presión neumática intermitente favorecen el drenaje de la circulación venosa impidiendo así la formación de coágulos.

Asimismo, es fundamental estimular la movilidad en este grupo etario y en caso contrario es esencial la aplicación de técnicas de drenaje venoso junto al asesoramiento de técnicos en Fisioterapia.

Dr. Oscar López
Médico de SUAT

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