En diciembre de 2019 se identificó un nuevo tipo de neumonía en la región de Hubei -ciudad de Wuhan, China- causado por el virus ARN coronavirus (SARS-Cov). La enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha provocado una situación sin precedentes: luego de la identificación de los primeros afectados, el virus se propagó rápidamente por todo el mundo y su expansión ha provocado una inesperada alteración de la forma natural de vivir, generando afecciones sanitarias además de restringir y paralizar los derechos y el desarrollo económico de los pueblos.
En la actual edición, SUAT Emergencia Médica plantea el alcance de las repercusiones de la pandemia por coronavirus.
En cuanto al aspecto sanitario y nutricional, esta realidad se presenta como un reto inigualable que pone a prueba al sistema sanitario -lo que abarca tanto a su capacidad asistencial como a su organización-. Por otro lado, la información recabada sirve para mejorar la actuación frente a posibles casos de emergencia y ayuda a fomentar iniciativas dirigidas a optimizar la organización.
Cabe agregar que los servicios de nutrición clínica también han resultado afectados en lo que se refiere a sus planes, objetivos y procedimientos. Existen datos de que el tratamiento nutricional de los pacientes con COVID llegó tarde o que incluso hubo una infraprescripción significativa. Según algunas guías para el manejo de pacientes con COVID, se recomienda el uso de suplementos nutricionales para cubrir los requerimientos -en caso de que la dieta ya adaptada no sea suficiente- e iniciar el tratamiento nutricional en forma temprana durante la hospitalización -debe ser antes de las primeras 24 a 48 horas-.
En relación con el ámbito psicoemocional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce en esta ocasión la enorme relevancia del impacto psicosocial de la crisis del coronavirus y ha desarrollado guías específicas para abordar esta problemática. Debido a la crisis que se ha suscitado, las personas se encuentran en gran riesgo de sufrir síntomas de ansiedad y depresión, por lo que los expertos alertan el impacto psicosocial observado en los individuos expuestos a la pandemia, así como también la necesidad de llevar a cabo actuaciones destinadas a paliar sus inminentes consecuencias sobre la salud mental. Una respuesta ágil, tanto desde la clínica como desde la investigación, sentará las bases para enfrentarse a futuras pandemias y confinamientos.
Los resultados de investigaciones señalan que la percepción individual de la gravedad del COVID-19 se asocia con el desarrollo de respuestas emocionales y conductas negativas frente al estrés. Considerando el alto porcentaje de respuestas desadaptativas vinculadas al confinamiento y la pandemia, es necesario recurrir a las medidas de prevención para manejar las reacciones depresivas, ansiosas y de estrés producidas por esta realidad tan inusual.
Y en referencia al mundo laboral, han sido muchos los desafíos, riesgos, potencialidades y limitaciones de este mercado generados por la propagación del coronavirus desde 2020 y que se registran aún durante este año; esto se da con las singularidades de cada país, por lo que las recetas no son universales y las directrices o recomendaciones de organismos internacionales tienen una relativa validez general. Cada uno de los países buscará soluciones específicas posCOVID en función de su punto de partida; es decir, las características de su mercado de trabajo y su punto de llegada. Y entre estas soluciones, cuando se levante el estado de emergencia y las medidas de confinamiento, la aprobación de nuevas medidas y estímulos económicos con indicadores estratégicos y de eficiencia serán claves para beneficio de todos.
El otro ámbito esencial es el de los derechos humanos. La pandemia afecta gravemente a los DDHH porque en estas circunstancias se hace foco en preservar la vida y asegurar la salud convirtiéndose en los intereses de las comunidades de todo el mundo. Lo complejo de esta situación es que en aras de preservar la salud y la vida, se requiere sacrificar otros derechos y en especial suelen ser los que se ubican dentro de las libertades públicas -particularmente, las libertades de tránsito, la individual, de oficio e inclusive el libre desarrollo de la personalidad-.
Dr. Oscar López
Médico de SUAT
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